‘LA NOCHE DE LAS NERDS: AMIGAS INSEPARABLES

Olivia Wilde debuta con una comedia teen refrescante y muy femenina.

 

La trama sigue a Amy (Kaitlyn Dever) y Molly (Beanie Feldstein), dos amigas que están a punto de graduarse, con la particularidad que han pasado toda la preparatoria estudiando a sol y a sombra para asistir a la mejor universidad, obviando las típicas fiestas de este momento de la vida en particular. El mundo de Molly se da vueltas cuando descubre que sus compañeros también asistirán a muy buenas universidades, sin haberse perdido la diversión.

Por lo que insta a Amy a romper las reglas en el último día de escolaridad. La finalidad es tirar todo por la borda y divertirse como nunca en una alocada fiesta. Es así que recorrerán varios festejos hasta llegar al lugar deseado, del cual en un principio no saben la dirección. Ambas se embarcarán en una road movie iniciática en temas de reuniones y descontrol: probarán drogas, alcohol, tendrán acercamientos íntimos, pero sobre todo conocerán a compañeros de quienes las chicas listas tenían ciertos prejuicios.

 

 

Alejada de los lugares comunes del cine teen, la realizadora logra estructurar sus personajes (genial la química entre Dever y Fekdstein) a través de diálogos listos y gags divertidos. Aquí no hay populares ni perdedores, más allá de las diferencias, todos conviven juntos y se respetan, así como asumen su sexualidad de forma libre y natural. Como debe ser, el acento está puesto en las personas y los vínculos que se crean.

 

 

La historia recorre tanto los tonos de comedia como el drama. No todo es desmadre, hay sentimientos de por medio y también ciertos rencores guardados que no tardarán en salir a la luz en forma de reproche… pero finalmente el amor es más fuerte. Si bien el relato padece de algunos giros narrativos bruscos, hay momentos que la juerga se alarga y de repente se pone bastante seria, la espontaneidad y el humor absurdo triunfan.

O sea, se plantean situaciones de comedia cool tipo publicitarias, y de pronto estamos ante un escenario emocionalmente serio. Este recurso deja poco espacio para los silencios dramáticos, por lo que resta impacto. Más allá de hilar fino, Wilde muestra carácter, confianza, y una muy buena mano para la puesta en escena, inclusive se atreve a insertar una secuencia en stop motion genial. Las ideas e intenciones son nobles, sin dudas una realizadora a tener en cuenta.

 

 

ESTRENO: 16 DE AGOSTO